jueves, julio 27, 2006

Aire

Intenta aguantar el mayor tiempo que puedas sin respirar. Al principio parece que si no te mueves mucho y te concentras, puedes aguantar un buen rato, pero en cuanto los segundos pasan, una sensación diferente llega: el ahogo. Llega el mareo, el color en el rostro, los ojos parecen querer salirse de sus órbitas, unos ojos que ven y no ven nada, que murieron en el mismo instante en que decidiste intentar aguantar el mayor tiempo posible sin lo que nos da vida.

miércoles, julio 26, 2006

Golpe de gracia

Has llegado sin que me diera cuenta. Entraste sigiloso. Y cerraste la puerta. Ni siquiera entonces escuché nada. Las aspas del ventilador seguían su ciclo sin detenerse por ti ni nadie. Por la ventana entraba una brisa fresca que mejoraba el ambiente de estos días infernales y entraba todo el polvo de esta ciudad que viene a dormir cada noche a mi cuarto.

Reaccioné ante al primer impacto. Fue un golpe preciso, frío. Abrí los ojos y te vi. Estabas allí de pie, mirándome y riendo mientras la sangre comenzaba a brotar. La imagen te parecía ideal pero aún quedaba más por hacer. Clavaste el cuchillo, dos, tres, cuatro veces más. Mi garganta parecía haber muerto en el proceso. No podía gritar, sólo mirarte y dejar caer lentas lágrimas sucias, como las de Neruda, que se secarían con el tiempo, al igual que la sangre después de tu partida para siempre.

miércoles, julio 12, 2006

Zidane, el inmaculado

A Miru y Fede, por la inspiración

No, no hay que darle tantas vueltas. Para empezar, el mundial ya terminó y definitivamente, la reacción de Zidane fue, si se quiere, correcta. De hecho, estoy segura de que todos nos hemos encontrado en una situación similar y hemos sido incapaces de decir una sola palabra. Nos hemos conformado con actuar, por nuestro bien y el de la humanidad.

Lo que le pasaba a Zidane cuando golpeó a Materazzi era, simplemente, que se estaba cagando. Tenía rato sudando frío (eso lo vimos todos) y corría sin parar para ver si así tranquilizaba sus intestinos, pero todo fue en vano.

Materazzi fue, de todos los presentes, y esto porque a él le habría pasado en circunstancias similares, el único que le dijo algo al respecto. Está claro, seguro que fue algo sobre estar cagado por jugar contra los italianos y eso ya fue mucho para el Zizou. El resto es parte de la historia de los mundiales.


Zizou caminó a las duchas como los grandes, inmaculado, sin nada que demostrara las ganas que tenía de salir corriendo, como los grandes, como sólo él podía hacerlo.

lunes, julio 03, 2006

Valencia, 13:03 h

A los inocentes de siempre, hoy 34, mañana quién sabe

Es casi la una de la tarde. Entre el calor y el agobio propios del verano, decido subir al metro. Al menos así llegaré más rápido a la casa. Entro a la estación y subo al vagón de puro milagro. Casi se me cierran las puertas en la cara, pero lo logré. Estoy dentro. Cinco paradas más y estaré frente a la tele, con un vaso de gazpacho en la mano y el ventilador a la potencia máxima.

Miro a mi alrededor. Hay mucha gente hoy. Tal vez sea por la jornada intensiva, o por las rebajas. Da igual, se ven tan acalorados como yo. Menos mal que el tren va rápido y con las ventanas abiertas. Así refresca algo.

El tren sigue su trayecto, cada vez a mayor velocidad. Sólo una parada. Ya llego, ya casi... Ya no. Ya nunca más.