Es curioso cómo el clima definitivamente afecta lo que se puede escribir. La primera constatación de ese hecho ocurrió en lo que a mí me gusta llamar "mi año sabático". Ese año, estudiaba en Madrid un curso de guiones para cine y tv y, a medida que las temperaturas bajaban, aparecían más muertos, asesinos y asesinados en cada historia que se leía en clase. No supimos a qué atribuirlo hasta que llegó la primavera... Y con ella, las comedias románticas y las no tan románticas, los finales felices y una creatividad desbordada que iba desde los falsos documentales hasta teorías del ligoteo basadas en una cuchara...
Han pasado ya casi 4 años de aquel invierno. Es febrero y en Río todos están bailando samba a más de 30 grados. Yo en cambio, "sambeo" a -1ºC y espero que pase el temporal mientras escucho al señor Jobim junto a su Garota.XXX
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