Es oficial. Se me han muerto dos pensamientos. Es triste, porque seguí las instrucciones al pie de la letra: Riega cada uno un día sí y un día no. Al principio, parecía que funcionaba y de hecho, crecieron y se desarrollaron por su cuenta. A lo mejor eran las palabras, recordarlos y hablarles, darles los buenos días. Uno era amarillo, el otro era violeta. Con esos colores, nunca se te ocurre que pueden morirse y menos si son de naturaleza tan invernal. Pero henos aquí, que ayer, tras unas semanas, dos pensamientos van camino de convertirse en abono de plantas, quién sabe, a lo mejor de alguna forma, vuelvan a estar entre nosotros.
2 comentarios:
A veces hay que renovarlos, hay unos que no se adaptan al medio y mueren, no porque se nos olviden, si no por su imposibilidad de adaparse, aveces les pedimos demasiado y el ambiente es simplemente adverso... cuando mueren dan mucha pena, pero al salir te va dar la oportunidad de conseguir nuevos, de diferentes colores y algunos mas duraderos.
Miru.
YA NO HACEN LOS PENSAMIENTOS COMO LOS HACIAN ANTES...
SOY SU AMIGO ELECTROLUX
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