Hoy, muchas personas comienzan un nuevo trabajo. Otras muchas lo dejan o son despedidas. Otras siguen buscando. Otras lo encuentran. Otros suman un día más de rutina y restan un día a la jubilación.
Hoy, se hacen millones de llamadas telefónicas, que muchos reciben y otras que no se contestan. Unas pocas no pueden completarse: llega el jefe, entra una llamada importante, nos olvidamos de hacerla o de responder al mensaje dejado en el contestador. Billones de caracteres de los diferentes alfabetos se plasman en pantallas, monitores y televisores. Se envía información y se recibe otra tanta. O ninguna y el día se hace más largo y pesado.
En un día como hoy, mueren muchas personas: niños, ancianos, jóvenes. Y mueren por muchas razones: un accidente, una enfermedad, las injusticias del mundo y las «justicias» que creen ejercer otros. Nacen muchos, esperados o no, queridos o aborrecidos desde el primer llanto.
Y caen lágrimas, y se esbozan sonrisas. Se escuchan risas, gritos y algún susurro si hay suerte. Y se escuchan carros, cornetas, tonos polifónicos, teclas de una computadora, máquinas de limpieza. Se ven relojes, minutos y horas, miles de programas de televisión con las mismas frases de siempre, en envases de otros colores y nuevos olores «más limpios» y mejores para las manos, la cara, la piel o los suelos.
Hoy, como siempre, hay 24 horas, 1.440 minutos y 86.400 segundos, independientemente de las latitudes y la cultura y la religión. El mismo tiempo para todos, pero las sensaciones... Eso ya es otra cosa.
Hoy, se hacen millones de llamadas telefónicas, que muchos reciben y otras que no se contestan. Unas pocas no pueden completarse: llega el jefe, entra una llamada importante, nos olvidamos de hacerla o de responder al mensaje dejado en el contestador. Billones de caracteres de los diferentes alfabetos se plasman en pantallas, monitores y televisores. Se envía información y se recibe otra tanta. O ninguna y el día se hace más largo y pesado.
En un día como hoy, mueren muchas personas: niños, ancianos, jóvenes. Y mueren por muchas razones: un accidente, una enfermedad, las injusticias del mundo y las «justicias» que creen ejercer otros. Nacen muchos, esperados o no, queridos o aborrecidos desde el primer llanto.
Y caen lágrimas, y se esbozan sonrisas. Se escuchan risas, gritos y algún susurro si hay suerte. Y se escuchan carros, cornetas, tonos polifónicos, teclas de una computadora, máquinas de limpieza. Se ven relojes, minutos y horas, miles de programas de televisión con las mismas frases de siempre, en envases de otros colores y nuevos olores «más limpios» y mejores para las manos, la cara, la piel o los suelos.
Hoy, como siempre, hay 24 horas, 1.440 minutos y 86.400 segundos, independientemente de las latitudes y la cultura y la religión. El mismo tiempo para todos, pero las sensaciones... Eso ya es otra cosa.
6 comentarios:
Y sale el sol...y se comienza el dia, el atardecer llega para dar paso a la luna...Medianoche, ocuridad total....y empezamos el ciclo nuevamente...
La vida es circular...Lo que dejamos de hacer hoy, lo ahremos al dia siguiente...
SIN SOMBRA NO HAY LUZ
Fox
es así... miles de cosas pasan a nuestro alrededor y a nosotros mismos sin darnos cuenta y a veces estamos exhaustos, pero con la sensación de que no ha pasado nada!
Laonza
La vida está compuesta por ciclos en los que la alternancia de cosas buenas y malas van enriqueciendo el camino y aportando sabiduría para decisiones propias y consejos a los que queremos.
En el mismo tiempo y ante condiciones parecidas, la vida nos lleva por derroteros en ocasiones muy distintos, cosas de la mente humana, del destino o simplemente la magia de vivir : )
Y cuando uno vive en un pais como canada, donde tu vecido es de India, el sr de la cafeteria es koreano, y tu companera de clase viene de Iran... el mundo se te hace mas chico y las 24 horas son mas angustiantes...
Miru
QUE SABROSO ES RASCARSE LA BARRiGA.....!!!!
GUAAAAAA
Jajaja! sí hay cosas que definitivamente pasan y la gente no se da cuenta. Por ejemplo, Andrés llegará a viejo sin haber pasado por hombre y él ni pendiente... Es así llegará a viejo sin haberse dado cuenta
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