jueves, marzo 02, 2006

Amor peliculero

Hoy la verdad no tenía idea sobre lo que podría escribir. Me prometí hacerlo cada día (menos los fines de semana) y hoy, apenas 3 días después de comenzar, iba a romper mi promesa. No contaba con que hoy me iba a encontrar pensando en las consecuencias del amor.

Comenzó cuando al hablar con algunas amigas, me contaron – por separado y sin vinculación alguna- cómo sufren por gente a la que aman y odian al mismo tiempo. Creo que estas dos palabras no son antónimas y se parecen en cómo nos afectan más de lo que a simple y contradictoria vista parecen.

“Quien bien te quiere te hará sufrir”, dice mi amigo Artu cada vez que le cuento algunos de mis dramones amorosos, como cierre a su sesión de consejos, pero ¿es que siempre tiene que doler? Dicen que las películas no muestran la realidad, sino una representación de ella. Es el aspecto platónico de la cinematografía y de nuestra vida. Lo que no es real siempre es mejor que lo que nos toca vivir cada pinche día.

Está claro que todos cometemos (y sobre todo en el aspecto sentimental) muchos, muchísimos errores, con y sin intención, pero a fin de cuentas, igual de dolorosos. A veces me pregunto cómo es posible que alguien se sienta infeliz junto a alguien que ama. Y de nuevo pienso que el odio está más cerca del amor que el cariño.

Con todo, no sé si será el “efecto amélie” en mi vida o qué, pero (y contra lo que piensa mi cabeza), creo que el amor indoloro existe, lo que pasa es que vive en las películas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Pain is what makes you grow" from Steve Martin's "Shopgirl"
Recuerda que sin dolor, como sabes de la alegria?
yo.

Anónimo dijo...

Siempre he pensado que las películas son como un gran viaje de esos que te marcan la vida, algunas pueden hacerte sentir una mezcla de emociones que en ocasiones te hacen encontrar contigo mismo y otras, hasta pueden lograr que cambies tu visión de la vida y del mundo.
Y sí… hay amores de película y hay películas de amor, lo que pasa es que muchas veces no sabemos distinguir en cuál de las dos versiones estamos, lo que si es cierto es que el tema en cuestión es el AMOR!
¿Y cómo cambiar el mundo y la forma de pensar en sólo 90 minutos aproximadamente?, pues habrá que preguntarle a Bridget Jones, cómo fue que el fastidio, la impertinencia, los esquemas rígidos, la constante suposición equívoca de alguien que te rodea, puede pasar a más de un simple interés, a una risa, a una sutil caricia… el paso del odio al amor, está escrito en un diario… no en vano “él” tuvo que comprar otro para que “ella” escribiera la nueva historia, yo diría más bien la transformación de un sentimiento y el cambio de una historia que ya estaba más que escrita.
Recuerdo una película muy especial, una comedia bien light de esas en las que no tienes que pensar mucho, pero cómo te mueven!!! Todo comienza en un gran aeropuerto con gente que va y viene, muchas personas despidiéndose y viviendo en ese acto, lo que un fulano, quien ahora es un “mal conocido”, me decía en el momento crucial de irse a vivir a otro país: “no me gustan las despedidas porque es como morirse poco a poco”. En efecto, era la muerte. Me pareció un tanto dramático, pero si te pones a pensar que esa persona, que además puede ser la que amas, se va y existe la gran probabilidad de que no lo vuelvas a ver jamás, la cosa como que es realmente dura… desesperanzadora y en verdad es una muerte lenta, porque cuando amas a alguien esa persona forma parte de tu vida, de todo y si se va, has perdido una gran parte de ti, es él quien se la lleva.
La pregunta es: ¿cómo se puede sobrellevar tal situación, que en ocasiones no te deja respirar? No lo sé exactamente, pero aún puedes esperar por que puedan verse en algún momento de la vida o que simplemente te quedes con los buenos recuerdos y le des entrada a lo que vendrá.
La película de la que hablo es Love Actually (Realmente Amor), y se trata de una serie de personajes, la mayoría conexos y unos pocos inconexos, donde viven ciertas situaciones en sus vidas que giran siempre en torno al amor, las barreras que se presentan indirectamente por el entorno y las que uno mismo se coloca, las distancias tanto mentales, como físicas y geográficas y cada una de las escenas son totalmente apoyadas magistralmente con la música, cada momento que allí sucede es mágico, porque ves lo complicado que puede ser el amor, pero lo fácil que puede resolverse con una sola decisión, con el famoso “primer paso” que a la final no importa quién haya sido el primero en darlo, sino que se haya dado, de hecho.